Q037, 220.92083 

«Si ya has leído Mujeres malas de la Biblia, ¡qué gusto volver a verte!, y si esta es nuestra primera oportunidad de encontrarnos en estas páginas, ¡eres muy bienvenida! Confia en mí, es un lugar seguro en el que estar, donde abunda la gracia y no el juicio. Un lugar en el que Dios está a cargo y no nosotras. (Menos mal!)

«Conocerás a ocho mujeres cuyos nombres tal vez no reconozcas, pero sus sórdidas historias le parecieron incómodamente familiares a esta ex mujer mala. El despiadado ascenso de Atalía en la escala social fue muy arriesgado y lo mismo fue la vergonzosa historia de David y Betsabé (¡caramba!, ¡qué rápido se fue por el desagüe su estatus de mujer buena!). Ah... no, pero esto no quedó así. Hermanas, hay una buena noticia, es más, es muy buena.

«Aunque ellas hubieran sido malas y orgullosas de serlo, malas por una buena razón, malas pero no condenadas, o que se encontrasen en el lugar equivocado y en el momento equivocado en un mal atardecer, las vidas de estas Mujeres malas de la Biblia demuestran una misma cosa: la soberanía de Dios. Querida, estamos hablando de: "Hágase tu voluntad" y punto. Se trata de ese poder de Dios, imposible de detener, que cumple con su grandioso plan para la humanidad, no por fuera de nuestras elecciones pecaminosas sino por medio de ellas. ¿Puedes imaginarlo?

«Si bien todas somos imperfectas, ¡las mujeres y yo estamos más que preparadas para cuando tú lo estés!»